...y así como iba la princesa cabalgando por el florido desierto de Atacama. Atahuelpa llevaba en sus flechas la marca de la sangre del enemigo... sin embargo la princesa tenia incertidumbres.
"Tantas guerras que había ganado, guerras de 5, 4 y 3 años... y las había ganado y sabia que en algún momento de su destino, vendría aquella guerra, la que lucharía por ganar, por la que se cortaría su hermosa cabellera, la guerra en la que daría la vida..."
Y cuando apareció la guerra final, Atahualpa se sentía vencida, sin estar vencida, era una guerra diferente, no había enemigo de frente, el enemigo atacaba por los costados... inclusive cuando estaba herida reposando bajo alguna sombra de pimiento...
Toda las tácticas logísticas de guerra no tenían efecto, era un enemigo voraz, porque era un enemigo sin rostro, con capa, un enemigo que nunca se mostró como es, un enemigo encubierto, olía a flores, la atraía, la seducía...
Y una mañana, mientras Atahualpa se preparaba a seguir en su batalla, recibió un golpe en el bajo vientre... el vientre tan delicado de la princesa termino por destruirse dentro de ella y ya no hubo mas vida que floreciera, ya no hubo mas vida que pudiera hacer que la princesa se pusiera de pie... y así fue como se dejo vencer.... se dejo vencer definitivamente.
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